Cada noche, a la misma hora y en el mismo tejado rojo, Berto, el gato más negro del barrio, se posa cabeza arriba a mirar una y otra vez el cielo, esperando que aparezca una nueva estrella fugaz, para pedir nuevamente que el primer deseo se le vuelva a cumplir... "Ana, Rolando vuelvan! Aún los estoy esperando para decirles que la culpa no fue mía ... no fue mía".-
Pepo
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